La Escuela de Franckfurt y la reingeniería social anticristiana (2/3)

Max Horkheimer (izq.) y Theodor Adorno (der.)
Max Horkheimer (izq.) y Theodor Adorno (der.)

II. La reingeniería social en los Organismos Internacionales

A partir de lo que hemos dicho, y sobre todo, prestando suma atención a las “recomendaciones” de la escuela de Frankfurt, pasamos ahora a analizar algunas de las reglamentaciones y directrices de los OI, en particular de la ONU[1].

a. El informe Kissinger. Una estrategia Norteamericana

Para entender algunos de los postulados de los OI debemos remontarnos al Informe Kissinger de 1974. El nombre técnico de este informe es Implicancias de Crecimiento Poblacional Mundial para la Seguridad de los Estados Unidos y sus intereses de Ultramar[2]. En él se fijan una serie de objetivos de reducción demográfica y preservación medioambiental, para asegurar los patrones de consumo de los Estados Unidos y sus aliados. Por estos objetivos se acusó al gigante del norte de “imperialismo demográfico”. Por ello, y para neutralizar estas acusaciones, el Informe Kissinger establece tres objetivos estratégicos[3]:

  1. Se ordena a la diplomacia norteamericana disfrazar las políticas de control de natalidad bajo la capa de los derechos humanos: derechos del individuo o de la pareja.
  2. Se establece como política global que se deben cambiar los patrones culturales de los pueblos, entre los que se incluyen las creencias religiosas, que hacen inviable las políticas de control de natalidad[4].
  3. A su vez, se decide que los encargados de implantar esas políticas deben ser los mismos políticos nacidos en países menos desarrollados, previamente reeducados en los países del Norte, en las Universidades de Estados Unidos y Gran Bretaña. De este modo la injerencia quedará disimulada y se preservarán sus intereses de ultramar, es decir, se asegurarán una gran despensa de recursos naturales.

Todas estas estrategias tienen como finalidad “el dominio global por la imposición de un pensamiento único, una colonización ideológica”[5]. El Informe Kissinger, como adelantamos al principio de este punto, es el antecedente inspirador de las grandes conferencias de los años 90[6] y de los proyectos de reingeniería social. Con este último término se quiere dar cuenta del intento por construir una nueva sociedad “tratando de contrarrestar y anular toda visión trascendente del hombre, para sustituirla por un nuevo sistema de valores”[7]. Lo dijimos más arriba, es necesario destruir el legado cristiano, reduciendo al hombre a una dimensión puramente inmanente y sensible.

b. El nuevo paradigma de la salud

Adoptado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1992 e impuesto a los países miembros de la ONU. Es la aplicación del principio costo-beneficio en la salud.

Los adultos sanos y productivos son los únicos que tendrán lugar en la nueva sociedad. Los enfermos crónicos, los terminales, los ancianos y todos aquellos que no sean o no puedan llegar a ser productivos, quedarán fuera del sistema. El nuevo paradigma  excluye a millones de personas del derecho a la vida y a la salud. El hombre es considerado tan solo como un engranaje de la maquinaria de producción, el cual cuando tiene un desperfecto o queda obsoleto por la vejez es, literalmente, desechado.

Un ejemplo de aplicación de este paradigma se da en los Estados Unidos:

  1. Aborto sin restricciones.
  2. Eutanasia encubierta.
  3. Niega el derecho a la objeción de conciencia.
  4. Le otorga un control casi exclusivo al gobierno en cuanto a las pólizas de seguro de salud, creando un Comité de Salud que puede tomar decisiones sobre los pacientes.

La OMS agrega a esta definición que la salud es un estado de bienestar bio-psico-social y no sólo la ausencia de enfermedad. Lo cual justificaría múltiples atentados contra la ley natural (aborto, eutanasia, esterilización, manipulación genética, etc.).

c. El paradigma de la reinterpretación de los derechos humanos

Naciones Unidas ha impuesto una idea de que los derechos humanos son evolutivos. Usando una hermenéutica ideologizada, pueden dar origen a infinidad de pseudo-derechos al servicio del proyecto de dominio mundial. Además han prescripto que todos los documentos sean reinterpretados según la perspectiva de género[8]. Que según Jorge Scala es una visión feminista de los derechos humanos[9].

Citemos algunos ejemplos[10]:

1. El comité de seguimiento de la Convención Internacional contra toda forma de Discriminación de la Mujer (CEDAW, 1979) en su Recomendación General nº 25 (2004), define a esa Convención, y por extensión a todas las convenciones de derechos humanos, como un instrumento dinámico sujeto a aportaciones progresivas. Por ejemplo: planificación familiar. El Comité interpreto, pasado el tiempo, que esa expresión incluye anticoncepción, esterilización y aborto. Por lo tanto, lo que se entendía en 1979 por planificación familiar cambió de significado.

2. El Comité de seguimiento del Tratado Internacional contra la Tortura interpreta como tortura psicológica contra la mujer las leyes o actitudes que le impidan abortar. En el lenguaje[11] impuesto por la ONU, las palabras violencia contra la mujer son un eufemismo para justificar la despenalización o la liberalización del aborto. Además, debemos agregar, que los terceros no pueden colocar límites a la llamada libertad reproductiva. Con terceros nos referimos no tan sólo a las leyes que penalizan el aborto, sino también a cualquier oposición que provenga del ámbito religioso o familiar (sea esposo o padres)[12].

d. El nuevo paradigma de la familia

Aquí también podemos observar que para subvertir el concepto de familia es ineludible abordar el tema desde la perspectiva de género.

La ONU adopta la perspectiva de género a principios de los años 90. Así nos presenta y nos quiere imponer una visión antinatural de la sexualidad, autoconstruida al servicio del placer. En este nuevo paradigma se basa el reconocimiento social y jurídico de la homosexualidad[13]. Esto obliga a modificar las legislaciones para dar cabida a las pretensiones del lobby gay, realizando, si así se estimare necesario, censura de todo escrito o intervención opuesta al estilo de vida homosexual.

Mikael

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NOTAS

[1] La Organización de las Naciones Unidas (ONU) es la mayor organización internacional existente. Se define como una asociación de gobierno global que facilita la cooperación en asuntos como el Derecho Internacional, la paz y seguridad internacional, el desarrollo económico y social, los asuntos humanitarios y los derechos humanos. Fue fundada el 24 de octubre de 1945 en San Francisco, EEUU, por 51 países, al finalizar la Segunda Guerra Mundial, con la firma de la Carta de las Naciones Unidas. Los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad (que tienen poder de veto en cualquier resolución de ese Consejo) son EEUU, Francia, Rusia, China y Reino Unido.

[2] Lleva fecha de 24 de abril de 1974. Cfr. SANAHUJA, J. El desarrollo sustentable. La nueva ética internacional. Vórtice, Bs. As., 2003, pp. 29 y ss.

[3] Cfr. SANAHUJA, J. El desarrollo… op. cit., p. 29. También: SANAHUJA, J. Poder global… op. cit., p. 17.

[4] La Iglesia siempre ha sido un escollo para estas “políticas” anti-natalistas. Por ello se ataca deliberadamente a la Iglesia y se la quiere “infiltrar”. Por otro lado plantean “construir” una Religión Mundial, sin dogmas. A modo de ejemplo se recomienda leer la Carta de la Tierra, la cual se propone reemplazar los Diez Mandamientos por los principios contenidos en ella. Cfr. SANAHUJA, J. Poder global… op. cit., p. 44 y ss.

[5] SANAHUJA, J. El desarrollo… op. cit., pp. 17-18.

[6] Algunas de ellas fueron: Cumbre de la Tierra, Río de Janeiro, 1992. Conferencia de Derechos Humanos, Viena, 1992. Conferencia sobre la Mujer, Beijing, 1995.

[7] SANAHUJA, J. El desarrollo… op. cit., p. 18.

[8] El 12 de diciembre de 1997, la Asamblea General de la ONU aprobó la Resolución nº 52.100, por la que adopta la ideología de género para la reinterpretación de los derechos humanos.

[9] Cfr. SCALA, J. Género y derechos humanos. 3ª ed., Vórtice, Bs. As., 2004, p. 90 y ss.

[10] SANAHUJA, J. Poder global… op. cit., p. 22 y ss.

[11] Cambiar el significado y el contenido de las palabras es una artimaña para que la reingeniería social sea aceptada por todos sin protesta. Se recomienda la lectura del apartado “Reducción cultural y del lenguaje”, en: SCALA, J., op. cit. 19 y ss.

[12] Esto se ha expuesto en el nuevo Código Civil y Comercial de nuestra Nación.

[13] Lo que incluye “matrimonio” y adopción de niños.

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