Cor ad cor loquitur fue el lema cardenalicio de San John H. Newman y que, en pocas palabras, significa ganar la inteligencia por el corazón. Regar el corazón para fecundar la inteligencia. Con ese sentido hemos creado Cor ad cor ediciones. Libros que ganando el corazón, ganen la inteligencia para que esté al servicio de Cristo Rey.
Cor ad cor ediciones es un proyecto que surge con el propósito de hacer nacer, de dar a luz, obras que de otra manera no existirían.
Los libros son editados, exclusivamente, en formato digital y de descarga gratuita para que difusión sea extensa.
Que su lectura sea fructífera y puedan, a través de ella, vivir contemplativamente la belleza.
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La Hispanidad así concebida y defendida, por ser el germen de la americanidad auténtica, no es otra cosa, en definitiva, que una de las expresiones capitales de la Cristiandad. El hecho providencial de haber sido alumbrados a la vida de la gracia, el misterio inefable de haber sido incorporados al Cuerpo Místico del Redentor nos hace asumir y sostener la maternidad de España, y las maternidades son irrevocables. América: ¡Fundada en Cristo por misión de España…! / ¡Oh excelsa engendradora, así engendrada, / Mi España ascensional mística y fuerte / Señora de la Cruz y de la Espada!
Gastón H. Guevara, del prólogo
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«Poeta y filósofo, ambos, descubren una realidad que se manifiesta más allá de los ojos del hombre común, ven una realidad más profunda en el ser, dado que en ambos se da la actitud del asombro para despertar tales vocaciones.
La autora ha tenido esa mirada de asombro, y llevada por la belleza más profunda, más íntima de las cosas, las ha desentrañado…«
P. Gustavo Domenech IVE, del prólogo
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Un relato que, de manera plástica o alegórica, pretende mostrar a través de sus personajes y escenas un momento doloroso de la historia de la Iglesia: la Deforma protestante.
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En varias ocasiones hemos recordado un texto de San Agustín, según el cual, para conocer a los pueblos y a los hombres hay que preguntarles lo que aman.
Está claro que en la mirada del Hiponense, el amor por el que inquiere como requisito para descifrar la valía de las creaturas (…) se aleja y distancia de este mundillo de afectos falsos y superficiales, entretejido de claudicaciones en la carne y de desarraigos en el alma.
El amor aquí mentado, en suma, es aquel “che muove il sole e l’altre stelle”, según sabia sentencia del Dante. “Amor mi mosse, che mi fa parlare”.
Aquí radica la primera y gran virtud de esta obra, y a la vez la ocasión para que quede presentado su autor. Son páginas brotadas de predilecciones nobilísimas, de apegos altos, de aficciones hondas, cultivadas siempre con fidelidad constante y firme.
Antonio Caponnetto, del prólogo